Narcisos del jardín de Mimos & Monerías |
Bello este estilo de flor, que hemos bautizado como narcisos es que se parecen tanto, y le quedan divinas tanto a chicas como grandes. Elaboradas con cinta gro americana (la mejor) y botones forrados que le hacen juego. En definitiva han poblado el jardín de Mimos & Monerías y lo mejor es que siempre van a mantenerse Frescas & Vivaces.
Narcisos reales, se parecen verdad? |
Próximamente vamos a estar nombrando cada estilo con un nombre alusivo a su forma para que les sea mas fácil asociarlos, tomando en cuenta que sean en Español nuestro idioma materno.
Y hablando de Narcisos y desviándome totalmente del tema les comparto este cuento de "Narciso y el lago" tomado del prólogo de “El Alquimista”, que desde que lo leí por primera vez, hizo nido en mi memoria y de vez en cuando suelo compartirlo con alguien.
Casi todo el mundo conoce la historia original (griega) sobre Narciso: un bello joven que todos los días iba a contemplar su rostro en el lago. Estaba tan encantado consigo mismo que, cierta mañana, mientras trataba de admirarse más de cerca, cayó al agua y terminó por morir ahogado. En el lugar donde cayó nació una flor, que a partir de entonces se llamó narciso.
El escritor Oscar Wilde, sin embargo, hace que esta historia termine de una manera diferente.
El dice que cuando Narciso murió, vinieron las Oréades -ninfas del bosque-y vieron que el agua dulce del lago se había transformado en lágrimas saladas.
El dice que cuando Narciso murió, vinieron las Oréades -ninfas del bosque-y vieron que el agua dulce del lago se había transformado en lágrimas saladas.
-¿Por qué lloras? -preguntaron las oréades.
-Lloro por Narciso.
-Lloro por Narciso.
-Ah, no nos preocupa que llores por Narciso -continuaron ellas. -Al final de cuentas, a pesar de que todas nosotras siempre corrimos detrás de él por el bosque, tú fuiste el único que tuvo la oportunidad de contemplar de cerca su belleza.
-¿Pero Narciso era bello? -quiso saber el lago.
-¿Quién mejor que tú podría saberlo? -respondieron, sorprendidas, las Oréades. -Al final de cuentas, era en tus márgenes donde él se inclinaba todos los días.
-¿Quién mejor que tú podría saberlo? -respondieron, sorprendidas, las Oréades. -Al final de cuentas, era en tus márgenes donde él se inclinaba todos los días.
El lago se quedó quieto un momento. Finalmente, dijo:
-Lloro por Narciso, pero jamás había notado que Narciso fuera bello.
“Lloro por él porque cada vez que él se recostaba en mis márgenes, yo podía ver, en el fondo de sus ojos, mi propia belleza reflejada”.
-Lloro por Narciso, pero jamás había notado que Narciso fuera bello.
“Lloro por él porque cada vez que él se recostaba en mis márgenes, yo podía ver, en el fondo de sus ojos, mi propia belleza reflejada”.
Quien era mas narcisista??? jajaja, un abrazoooo.
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